Dolor de espalda alta y dolor de espalda media

Dolor de espalda alta y dolor de espalda media: distinta localización, pero el mismo tratamiento preventivo

La espalda está compuesta por una compleja estructura de músculos, ligamentos, tendones, discos y huesos que trabajan juntos para apoyar el cuerpo y permitir que nos movamos. Los problemas con cualquiera de estos componentes pueden llegar a causar molestias.

El dolor de espalda es un problema muy frecuente y afecta a gran parte de la población en algún momento de su vida. En muchos casos no se sabe exactamente qué es lo que lo que provoca, pero la buena noticia es que en gran parte de los casos no es un problema grave, y suele deberse a una simple distensión en un músculo o ligamento.

Puede variar entre leves molestias en el desempeño de actividades diarias hasta punzadas agudas que dificultan el movimiento. Aunque coloquialmente solemos hablar de dolor de espalda alta, media o baja, porque es en estas zonas donde se manifiesta, lo correcto clínicamente es referirnos a:

  • Cervicalgia: el dolor de espalda alta se manifiesta alrededor de las vértebras cervicales que forman el cuello y la musculatura cercana y se extiende hasta la parte superior del hombro y las escápulas.
  • Dorsalgia: es el dolor conocido como dolor de espalda media y también puede estar provocado por una contractura muscular, una irritación articular o incluso algún problema en los órganos torácicos como los pulmones o la pleura.
  • Lumbalgia: este dolor se padece exclusivamente a nivel lumbar (espalda baja). Puede estar provocado por múltiples patologías, desde una contractura muscular, un cólico nefrítico o un pinzamiento en una raíz nerviosa local. Es uno de los dolores más habituales entre la población.

Según los síntomas y el tipo de dolor también pueden clasificarse en dos tipologías: dolor de espalda mecánico y dolor de espalda inflamatorio.

En gran parte de los casos el dolor de espalda es mecánico, pero los síntomas de ambos tipos de dolor son muy parecidos, lo que dificulta diferenciarlos sin ayuda de un profesional.

Causas del dolor de espalda

Los médicos generalmente definen el dolor de espalda como agudo si ha estado presente menos de seis semanas y como crónico si dura más tiempo. El primero suele desarrollarse a partir de una caída o levantamiento de peso y el segundo, es menos común pero puede tener mayores consecuencias.

Las causas más habituales vinculadas al dolor de espalda son las siguientes:

  • Tensión muscular o de ligamentos: el levantamiento de peso repetidamente o un movimiento repentino mal hecho puede tensar los músculos de la espalda o los ligamentos espinales. Una mala condición física o una mala postura pueden provocar tensión constante en la espalda y por lo tanto causar espasmos musculares dolorosos.
  • Discos inflamados o rotos: los discos actúan como amortiguadores entre los huesos de la columna vertebral. El material blando dentro de estos discos puede abultarse o romperse y presionar el nervio, provocando dolor.
  • Artritis: la osteoartritis puede afectar a la zona baja de la espalda y en algunos casos puede llevar a un estrechamiento del espacio alrededor de la médula espinal, causando dolor lumbar.
  • Escoliosis: la columna vertebral desplazada puede provocar dolor, principalmente a partir de la mediana edad.
  • Osteoporosis: Las vertebras de la columna vertebral pueden desarrollar fracturas con la edad si los huesos se vuelven porosos y quebradizos, lo que puede provocar dolor.

Prevención del dolor de espalda

La pregunta más frecuente que realizamos cuando nos sentimos afectados por esta dolencia es cómo aliviar el dolor de espalda, pero lo cierto es que la pregunta correcta debería ser cómo evitarlo, porque la mejor manera de combatirlo es la prevención: mejorando la condición física y adquiriendo prácticas y posturas corporales adecuadas.

Tanto la dorsalgia, como la lumbalgia y la cervicalgia tienen un origen parecido y por lo tanto el tratamiento preventivo es muy similar:

  • Mantener un peso saludable: el sobrepeso puede ejercer presión sobre los músculos de la espalda, por lo tanto mantenerse en el peso ideal puede ser una gran ayuda para prevenir el dolor de espalda.
  • Cuidar la posición: una postura correcta puede reducir el estrés en los músculos de la espalda. Mantenerse recto, sin encorvar la espalda y conservar una posición pélvica neutral puede ser de gran ayuda, así como sentarse en buena posición, en un asiento con un buen apoyo para la espalda y cambiando la posición como mínimo cada media hora.