Claves para prevenir el dolor de rodilla
La rodilla es una articulación compleja, que involucra huesos, músculos, tendones, ligamentos y fibrocartílagos como los meniscos. Esta compleja configuración es la que hace que sus diferentes estructuras puedan lesionarse con facilidad durante la actividad física o la sobrecarga de los músculos. Por ello, los dolores de rodillamás comunes incluyen fracturas, dislocación, esguinces y desgarres de tejidos blandos. En muchos casos, estos daños involucran a más de una estructura de la zona afectada y habitualmente se manifiestan con el que genéricamente denominamos dolor de rodilla e hinchazón.
Son muchas las actividades físicas que pueden causar tensión, impacto o exceso de peso directamente sobre las rodillas y, a su vez, derivar en malestar mientras se ejercitan. Así, el dolor en la rodilla puede partir de un accidente puntual como una torcedura, esguince o sobrecarga de la zona o surgir a raíz de una dolencia como tendinitis, artrosis o bursitis. De hecho, las lesiones en esta zona del cuerpo pueden causar sensación de inestabilidad o de que la zona cede, lo que puede afectar a actividades diarias como caminar, correr o pedalear.
Las personas que experimentan dolor temporal de rodilla como resultado de una lesión o accidente pueden tratarlo fácilmente tomando medidas en la rutina diaria, pero el dolor crónico de rodilla rara vez desaparece sin tratamiento, y no siempre es atribuible a un incidente. En caso de sentir malestar puntual a causa del ejercicio, que suele manifestarse con dolor en la parte posterior de la rodilla, es recomendable tratarlo cuanto antes para no agravar la situación.
El método RICE (se denomina así por sus siglas en inglés) puede ayudar a acelerar la recuperación en caso de primeras lesiones o lesiones controladas. Este tratamiento consta de cuatro medidas simples (aplicables como tratamiento de primeros auxilios): reposo, hielo, compresión y elevación.
- Reposo: dejar descansar la zona lesionada para no causar molestias mayores o una posible hemorragia en los tejidos o las articulaciones.
- Hielo: aplicar hielo durante 15 minutos alivia la zona afectada y ayuda a limitar el sangrado interno.
- Compresión: envolver la zona afectada con vendas elásticas para reducir la hinchazón, teniendo especial cuidado en ajustar la venda sin corta la circulación.
- Elevación: mantener en alto la extremidad lesionada para reducir la hinchazón y aliviar el dolor.
También se pueden tomar otras medidas cautelares para tratar el dolor de rodilla cuando los músculos están estresados:
- Reducir el kilometraje de actividad.
- Entrenamiento cruzado con actividades que no agraven la situación de la rodilla.
- Descanso. No hacer actividades que impliquen tensión en la rodilla; conviene dejar que la lesión se recupere para prevenir daños mayores.
- Utilizar cremas con propiedades antiinflamatorias, analgésicasy antioxidantes como BIOSPORTY para aliviar dolores y ayudar a la recuperación.
- Si no mejora y el dolor continúa, consultar con el médico.
En el caso de las personas que practican ejercicio diariamente y fuerzan los músculos de forma habitual se pueden llegar a desarrollar patologías más graves relacionadas con el dolor de rodilla, como el síndrome de dolor patelofemoral, también conocido como rodilla de corredor, que se caracteriza por dolor en la parte delantera de la rodilla y alrededor de la rótula o hueso de la rodilla.
Existen varios motivos que pueden provocar esta dolencia:
- Sobreesfuerzo de las rodillas sin calentamiento previo que puede irritar los tejidos y provocar dolor en el menisco o alrededor de la rótula.
- Un golpe directo en la rodilla.
- Desalineación de los huesos.
- Un hueso desplazado en la pierna puede ejercer demasiada presión sobre ciertos puntos, como la rótula, evitando que se mueva.
- Problemas en los pies, como pies hipermóviles (las articulaciones del pie se mueven más de lo debido), los arcos caídos (pies planos) o la sobrepronación (el pie se desplaza hacia abajo y hacia adentro al caminar).
- Musculatura débil o desequilibrada. Todos los músculos de la pierna son importantes para mantener la rótula en su lugar. Si están débiles es posible que aparezca el dolor de rodilla.
Las recomendaciones a largo plazo para dolencias crónicas pasan por controlar el dolor, prevenir brotes ejercitando los músculos y trabajar la zona para reducir la irritación de rodilla. Aunque el dolor crónico no se puede prevenir, es recomendable asesorarse con un entrenador personal o un fisioterapeuta para aprender a hacer ejercicios básicos sin correr el riesgo de lesionarse mientras se practica deporte.
El tratamiento del dolor de rodilla crónico debe complementar otras disciplinas como terapia física, medicación y en casos graves, cirugía.
Para prevenir lesiones de este tipo es recomendable tener en cuenta que las personas con sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de padecer este problema, ya que las articulaciones soportan mayor estrés incluso en actividades normales y puede provocar dolor de rodilla al andar o al subir y bajar escaleras.Esto sucede también con las personas de avanzada edad o quienes hayan sufrido lesiones previas o realicen actividad física habitualmente, que al estar más expuestos a problemas como los comentados deben tomar medidas cautelares a la hora de practicar ejercicio.
Y por último, aunque no siempre es posible prevenir el dolor, encontramos una serie de sugerencias que pueden ayudar a impedir el deterioro de las articulaciones. Estar en forma es fundamental, por eso conviene dedicar un tiempo a preparar los músculos para la actividad física y, de considerarse necesario, trabajar con un entrenador para asegurarse de que los movimientos y la técnica son los adecuados.
Del mismo modo es importante mantenerse flexible y fuerte, ya que la musculatura débil es una de las principales causas de las lesiones. Para ello es imprescindible el entrenamiento del equilibrio y la estabilidad, ya que ayudan a que los músculos de alrededor de las rodillas trabajen de manera efectiva en su conjunto.
El equipamiento deportivo también juega un papel clave en el cuidado de las articulaciones. Es recomendable utilizar calzado que se adapte a la forma de la pisada y usar equipo deportivo de protección siempre que sea necesario. Evitar entrenar sobre superficies duras como el asfalto y sortear aquellas acciones que repercutan directamente sobre las rodillas, como estar de cuclillas o de rodillas muchas horas, también ayuda a destensar las articulaciones.
En este sentido, si se padece osteoartritis, dolor crónico de rodilla o lesiones recurrentes, es posible que deba cambiarse la forma en la que se practica ejercicio o incluso el tipo de ejercicio.
Pero, siempre, ante cualquier duda o dolor continuado, lo que aconsejamos desde BIOSPORTY es la consulta médica.